Si existe un denominador común entre todo aquel que posee una GXR, o cualquier otra del universo EVIL (Micro cuatro tercios, NEX, NX, etc.) es el disponer de una herramienta de calidad de imagen superior a cualquier compacta, en un espacio más reducido que el habitual para esas “calidades de imagen”.
Al igual que las compactas de gama baja van cayendo bajo la influencia de los móviles con cámara, atrás van quedando de forma paulatina, a paso lento pero seguro, los cuerpos y ópticas réflex, por lo menos a nivel aficionado.
Las grandes firmas del sector, que apenas hace un par de años no veían en estos nuevos sistemas una amenaza, ya se están apresurando a informar sobre supuestas fechas de lanzamiento de alternativas a sus sistemas tradicionales, intentando que su clientela sea paciente, y aguante un poco más a su vera.
Los últimos resultados de ventas en Japón han sido reveladores, no es que la sangría sea continua, es que están siendo devorados por los pies. Y lo que antes era una mayoría aplastante, con apenas un pedazo del pastel a repartir entre un buen puñado de compañías, ahora se ha convertido en una mayoría simple. Y a este paso veremos lo que dura como tarden en reaccionar.
Esperemos que los usuarios seamos los beneficiados en esta contienda.
Ese denominador, en especial la parte relativa al tamaño, no nos suele influir cuando vamos de salidas fotográficas, ya sea en solitario o en grupo, en las que bolsas y/o mochilas llenas de cachivaches se funden con nuestro cuerpo durante las travesías.
Pero cuando vamos con la familia la cosa cambia. Los niños se suelen cansar de posar, y nuestra pareja se cansa de esperar mientras nos afanamos en componer o exponer bien (o eso creemos) una determinada escena. Ardua tarea. Como para encima llevar a tus espaldas unos cuantos kilos de cristales con la denominación de origen “Bohemia”.
Impera en esos casos la ligereza y por lo menos un poco de discreción para con los tuyos. Vamos, que hay que llevarse recuerdos de donde vamos, y hasta en determinados momentos, en algún que otro descuido, practicar un poco nuestra afición, pero sin que ésta se interponga entre uno mismo y la familia.
REFLEXIONES
Para ir “ligero de alforjas” tengo que efectuar una elección de entre tres posibles candidatos (los tres módulos de que dispongo) a saber:
OPCION 1: El A12 (50mm macro). Con la imagen que ofrece este sensor APS-C y la óptica GR que monta, me aseguro la mejor calidad que puedo conseguir con este sistema a día de hoy (sin contar el reciente módulo M junto a ópticas compatibles, pero esa es otra historia).
Se que no dispone de zoom, pero mis piernas suplirán esa carencia “hasta donde sea físicamente posible”.
Históricamente, muchos fotógrafos solían llevar lentes entre los 35 y los 50 mm de focal y les iba divinamente ¿Por qué a mí no? (Esta última frase no se si es por consuelo o por autoconvencimiento pero, un momento, ¿acaso yo soy fotógrafo?).
DECIDIDO, creo que me llevaré este módulo.
OPCION 2: El S10 (24-72). La verdad es que la calidad de imagen que se obtiene con este módulo, aún siendo inferior al A12, no está nada mal. El gran angular de 24mm me permitiría realizar tomas en espacios bastante cerrados y con el tele corto de 72mm me evitaría patear algo, que después de estar todo el día pegando vueltas se agradece. Además, también tiene macro.
Lástima que el video no sea HD pero, ¿acaso no es una cámara de fotos? (Otra frase de consuelo).
DECIDIDO, creo que me llevaré este módulo.
OPCION 3: El P10 (28-300). Buen angular y un tele equivalente de 300mm, sumado al macro, al video HD y al disparo en ráfagas hacen que también lo tenga que tener en cuenta.
Se que la calidad de imagen es la menor de las tres, con un límite aceptable de 400 ISO, pero no creo que haga ninguna gran ampliación, y para realizar el correspondiente álbum familiar va sobrado.
DECIDIDO, creo que me llevaré este módulo.
LA COMPACTA DE APOYO
Encuentro INDISPENSABLE, a la hora de realizar cualquier viaje, el llevar consigo de forma añadida, una compacta de apoyo. Cualquier fallo o desgracia ocurrido a la cámara principal, puede ser menos “amarga” si tenemos a nuestra disposición una buena suplente.
Durante el viaje, también hay ocasiones en las que queremos ir más ligeros si cabe, y si disponemos de una virtuosa compacta que quepa en nuestros bolsillos lo vamos a agradecer. Otras veces, no disponemos de una cámara todo-terreno, y puestos a escoger una pieza que pueda sufrir algún daño (alrededor de agua, ambientes pulvígenos, etc.), le damos ese honor a la cámara secundaria.
FUJI F200 EXR, ISO 100, f/9, 1/150.
¿DE CUANTOS KILOS ESTAMOS HABLANDO?
Pues vamos a echar las cuentas.
A12-50: 261 gr (68,7x57,9x71,3mm)
Cuerpo: 200 gr (113,9x70,2x37,5mm)
Correa: 17 gr.
Correa: 17 gr.
La suma nos da 831 gr. O sea que si nuestros profesores de matemáticas nos enseñaron bien equivale a 0,831 kg.
CONCLUSIÓN
Tras valorar los pros y los contras, ya tengo decidido qué módulo me voy a llevar…LOS TRES, porque si algo he aprendido con todo esto, es que apenas ocupan espacio, son muy ligeros y voy a tener ocasiones específicas como para usar los tres módulos. ¡Ah! Y la compacta me la llevo en el bolsillo, por si acaso.
A12-50, ISO 200, f/5, 1/2500.
S10, ISO 100, f/7.1, 1/200.
P10, ISO 114, f/5.6, 1/290, longitud focal 300 mm (equiv.)
NOTA 1: La fotografía de muestra Nº2, está realizada únicamente como ejemplo. No es recomendable efectuar el transporte tanto de la cámara como de los módulos en esas condiciones, tanto por no llevar las protecciones de cada módulo (tapas de los conectores y de la lente) como principalmente por estar entre líquidos, ya que cualquier posible derrame puede dar al traste con todo el equipo.
NOTA 2: Para los más escépticos, decirles que todo el material expuesto en la Muestra Nº1 cabía dentro de la bolsa, es más, aún quedaba espacio para el cargador y la batería extra.